Texto de Inmaculada Ruiz de Balugera, osr.
El 01 de junio del año 1864 se estrena esta Casa de Acogida en Ciempozuelos (Madrid). Equipada de humanidad, sobre un suelo de justicia y compasión. Una casa para albergar la indefensión, el desamparo y el abandono de las mujeres golpeadas y heridas por la prostitución. Una casa donde las mujeres puedan sanar su voluntad y recuperar su dignidad. Dignidad arrebatada por la incomprensión de una sociedad que excluye a lo más débil.
Silenciosamente, José Mª Benito Serra, benedictino y obispo dimisionario que había nacido en Mataró en 1810, y Antonia Mª de Oviedo y Shönthal, institutriz de las hijas de Mª Cristina de Borbón, se vuelven a reencontrar en Madrid el año 1863. Conmovidos por la dramática situación en que se hallan las mujeres a la salida del hospital de San Juan de Dios, Monseñor Serra apela a la Reina Isabel II donde le dice: “… las cuales sin querer no pueden cambiar de vida. Probando en sus personas que hay miserables que, deseándolo, no pueden dejar de serlo”.
Monseñor Serra y Antonia Mª son alcanzados por el Evangelio de Jesús y conscientes de la oscura y cruda situación en que malviven las mujeres, guiados por el aroma del Espíritu, se entregan con lo que son y tienen en alternativa de compasión y ternura.
En la casa de Ciempozuelos se garantiza el acompañamiento afectivo y emocional para que la mujer logre salir de su postración, se levante, viva con dignidad e inicie un proceso de auténtica liberación. Dificultades de toda índole se hacen presentes, pero el Espíritu muy lentamente les va señalando el camino.