Nuestra Casa de Espiritualidad se ha convertido en un lugar de referencia para grupos de fieles, sacerdotes, consagradas y consagrados, en su propósito de ofrecer espacios para la oración y la tranquilidad.
El pasado 17 y 18 de octubre, un grupo de siete sacerdotes de la diócesis de Getafe se dedicaron al retiro espiritual en la Casa de Ciempozuelos, donde se fundó la Congregación.
Este lugar a ninguno les resultó novedoso, ya que habían asistido con asiduidad a encuentros formativos y de oración desde su entrada al Seminario Mayor del Cerro de los Ángeles.
“Son muchos los gratos recuerdos del paso de Dios por nuestras vidas en este lugar que con tanto cariño custodian esas valientes mujeres de fe que son nuestras hermanas oblatas”, escribe Javier Merino, sacerdote en Getafe.
Así, el joven presbítero agradeció “de corazón” que sigan esa misión, “tan necesaria”, de mantener esas “Betanias” que son las casas de oración. “Una Iglesia que no rezase acabaría por perder su esencia y por ende todo lo que hace”.
De este modo, continúa el padre Javier Merino: “Quiera Dios, inspirar a muchos cristianos, para que, interrumpiendo el quehacer de cada día, puedan contemplar el amor que nace del Corazón ardiente de Jesucristo. Ad maiorem Dei Gloriam”.