CONGREGACIÓN DE HERMANAS OBLATAS DEL SANTÍSIMO REDENTOR
En el año 1863 ya se encuentran en Madrid el P. Serra y Antonia Mª de Oviedo unidos por una profunda y entrañable amistad. Cada uno lleva a cabo diferentes actividades pastorales inspiradas en el evangelio y, de pronto, la realidad les provoca de forma desafiante.
Antonia trabaja en las escuelas Dominicales y el P. Serra, entre otros muchos compromisos, visita el Hospital de San Juan de Dios en la C/ Atocha 60, destinado a curar las enfermedades contagiosas. Su acompañamiento se centra en los niños pero un día le piden ayuda para una mujer que va a morir y, a partir de este momento son las salas destinadas a mujeres las que despiertan y acaparan su atención.
En carta a la Reina Isabel II en julio de 1864 le expresa su decisión: “La pluma se me cae de la mano Señora, al recordar la impresión que me ha causado el ver a esas jóvenes,… obligadas a entrar de nuevo en la carrera del vicio… no encuentran donde ganar el necesario sustento; no hay para ellas un taller abierto… todos los caminos que conducen a una vida arreglada se presentan cerrados… el Asilo de Ntra. Sra. del Consuelo, establecido en el pueblo de Ciempozuelos con el fin de ofrecer un caritativo albergue a estas mujeres que deseen entregarse a los ejercicios de una vida cristiana y laboriosa, siempre que hubiera sido imposible su admisión en alguna de las otras casas establecidas en la Corte”.
Desde esta dura realidad que contemplan y pisan, germina la necesidad ineludible de una respuesta urgente y efectiva. Esta fuerte experiencia unifica su ser y les capacita para vencer, todas las resistencias y obstáculos que puedan interferir el camino.
Con las ruinas del viejo convento alcantarino de 1613, que sale a subasta después de casi 30 años de la desamortización de Mendizabal, preparan un hogar en el que se respira una brisa suave de esperanza y se oye la risa alegre en la fiesta de la igualdad.
Ahora que ya las mujeres tienen un espacio donde poder desenterrar y desplegar sus posibilidades, Antonia y Serra buscan dar continuidad a lo que han iniciado. Llaman a las puertas de varias congregaciones para que lleven adelante, con cuidado, la tarea de redescubrir y apoyar la dignidad de cada mujer, pero esta intensa búsqueda no da el resultado esperado y, de nuevo, resuena con fuerza el rumor de Dios:
“Caminad con las mujeres desde esta situación desigual e injusta hacia la tierra de una igual dignidad reconocida y aceptada… cantad el canto nuevo de la inclusión recíproca…danzad con ellas, al viento del Espíritu, la danza de la justicia y la misericordia…”.
Así nace esta nueva familia en la Iglesia: las Hermanas Oblatas del Smo. Redentor.
Que inmensa felicidad tener todo este material para llenar de alegría mi corazón!!!
Gracias!!!
Gracias por este bellísimo material, me siento muy conmovida!!!
U na obra escelente. En la cual yo participe allá por los años 65 y me quedo un profundo amor a esa juventud. Recuerdo aquellos años q fui feliz. Luego por asuntos familiares tuve q abandonar. Obra loable. Adelante oblatas. Siempre seré y estaré con vosotras.
Siempre seré y estaré con vosotras. Adelante O latas